Metodología

Explorando Patrimonios ha sido la posibilidad de experimentar diferentes rutas para establecer procesos de diseño e implementación de estrategias de apropiación social del patrimonio, tanto en el territorio de las comunidades –y su patrimonio personal y local– como en el escenario del museo, que representa el patrimonio nacional. La ruta establecida permite un diálogo horizontal entre patrimonios.

El tiempo transcurrido desde el inicio del Programa en 2010 ha permitido consolidar una metodología que es viva y que se enriquece cada año desde las experiencias y los aportes de cada uno de los actores que hacen parte de los procesos. En cada vigencia anual, el proyecto se desarrolla en TRES FASES: 1) Planeación y diseño operativo; 2) Diseño de talleres y materiales; 3) Operación. En cada fase se llevan a cabo diferentes actividades que van configurando la experiencia del programa.

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Stefany Alfaro
Mediadora de Explorando Patrimonios

1. Preparando la exploración del territorio

El Programa se establece con metas anuales y, en un primer momento, se define el tiempo que tomará cada actividad a lo largo del año, así como las acciones correspondientes a los alcances esperados. Es necesario revisar los resultados de años anteriores en clave de lecciones aprendidas, para saber las estrategias que, en el plano logístico o metodológico, podrían ser empleadas de nuevo y cuáles deben transformarse. De esta manera, se retoman aciertos y se revisan aspectos por mejorar, planeando ajustes desde el inicio.

La preparación supone la conformación del equipo de diseño y de mediación que estará dinamizando las estrategias, así como la selección de los proveedores de servicios externos al museo, como transporte y refrigerios, y los ajustes a los formatos propios del proceso.

2. El diseño de las experiencias

Una de las fortalezas de Explorando Patrimonios es la experiencia que viven sus participantes. Esta se configura en la etapa de diseño, la cual está centrada en el trabajo colaborativo de un equipo interdisciplinario que pone en juego metodologías para aproximarse a las poblaciones y los contenidos (mapas de empatía, estructura de árbol temático), definiendo para cada grupo poblacional lo que hemos denominado actividades binomio.

Cada diseño contempla la realización de una actividad piloto en la que se ponen en juego todas las actividades diseñadas tanto en la comunidad como en el museo, acompañadas de la observación de expertos en trabajo educativo con las poblaciones que viven las actividades. La actividad piloto permite retroalimentar aspectos pedagógicos, didácticos y de contenido, y así optimizar las experiencias.

3. La formación de los primeros exploradores-anfitriones

Para emprender el viaje e invitar a otros a explorar patrimonios, se requiere de un equipo que conecte con las poblaciones, que disfrute del trabajo en campo y que sea hábil para entablar diálogos con la comunidad. El equipo de explorares-anfitriones no solo se forma en la aplicación de las actividades binomio, sino en diferentes aspectos metodológicos que van surgiendo como necesarios. Este equipo comparte de manera permanente su experiencia, para ir mejorando las actividades y generando registros que permitan sistematizar y evidenciar las transformaciones que se generan en un proceso de evaluación formativa.

4. Los habitantes de estos territorios. Selección de instituciones

Cada año se determinan los criterios de selección de las instituciones participantes, siendo uno de ellos la continuidad de algunas instituciones que han estado desde más de tres años haciendo parte del programa. Se han establecido ciertos criterios para la selección, así como protocolos logísticos y operativos para garantizar la óptima participación de las instituciones interesadas.

5. Conociendo otros territorios. Aplicación de los talleres en comunidad y en el museo

La cuidadosa preparación de las experiencias se vuelve una celebración cuando se realizan en las comunidades y en el museo. Las múltiples dimensiones del patrimonio se ponen en juego en diferentes dinámicas tanto en las comunidades como en el museo, a través de actividades separadas por no más de dos semanas, sobre la base de una ruta de encuentro que permite conectar los patrimonios personales con los nacionales, evidenciando la complejidad y la riqueza de lo que entendemos como patrimonio.

Durante este proceso, se realizan encuentros con el equipo para ir evaluando y realizando los ajustes necesarios para lograr un aprendizaje completo de la experiencia.