El patrimonio empieza en casa

Hoy, con casi dos años de la pandemia ocasionada por la COVID-19, no es difícil palpar los límites que esta nueva realidad nos ha venido marcando en el acceso a la educación, a la salud, a la cultura, por decir algunos. Explorando Patrimonios, en su última edición 2020-2021, se enfrentaba a unos retos enormes debido a su metodología usual de trabajo: ¿cómo vivir nuestro patrimonio en medio de una crisis epidemiológica?

En efecto, las múltiples dimensiones de la ciudad se vieron trastocadas: la manera de andar en las calles y alamedas, de recorrer los espacios públicos como parques, plazas y transporte público, incluso la forma de visitar las tiendas, mercados y centros de comercio, todo fue modificando la arquitectura social de los paisajes urbanos. Ante este panorama, el equipo colaborador del programa decidió privilegiar a estos mismos paisajes urbanos como escenarios de reflexión patrimonial.

El paisaje urbano desde lo cotidiano también hace parte de vivir nuestro patrimonio en nuestro día a día. Es un espacio que se transforma constantemente, un lugar de cruce con nuestro medio natural, intervenido por nuestro contexto cultural, económico, político y social. Desde esta perspectiva, el patrimonio se teje desde nuestras acciones más pequeñas en los entornos más cercanos a nosotros, un tejido que busca preservar y garantizar la calidad de vida de las personas que lo habitan, su utilización productiva y conservando nuestro ecosistema.

Así, los ejercicios del material Una Aventura en la Ciudad promueven el reconocimiento de gestos, panorámicas, características y vínculos de nosotros mismos con nuestro mundo más próximo: de la casa al barrio, del barrio a la ciudad, de la ciudad a la naturaleza y de la naturaleza volviendo a nuestra casa. Nuestro patrimonio comienza y termina en casa.